La tercera película de Pablo Giorgelli, director de “Las Acacias” e “Invisible”, encara la historia de dos desconocidos, un joven que buscaba migrar de manera ilegal y un tripulante de un barco clandestino. Ambos naufragan poco después de zarpar y deberán enfrentar el mar, la presión por sobrevivir y su propia intimidad e historia. Vienen de mundos supuestamente “opuestos” y quedan igualados en una situación extrema. La película es una coproducción entre República Dominicana, donde se hizo el rodaje, y Argentina, donde se realizó la posproducción. Los protagonistas son Ettore D’Alessandro, Henry Shaq Montero García y Marcelo Subiotto. En diálogo exclusivo con LA GACETA, Giorgelli comparte sus motivaciones, proceso y dificultades para llevar adelante el proyecto.
- ¿Cuál fue su motivación?
- Arranca con el actor y productor dominicano Ettore D’Alessandro, que me llama en 2019 luego de haber visto “Invisible” y me propone lo que empezó con una idea muy pequeña, le interesaba hacer una película de dos náufragos, que estén en el agua toda la película, me pareció alucinante y me encendí.
- ¿Cómo le dio forma?
- Al escribir el guion empecé a encontrar el alma de la película. Se armaron dos líneas; primero, la lógica, la de supervivencia, los personajes teniendo que enfrentar una situación extrema de la que no tienen escapatoria. La otra fue la dimensión política, que le da sentido a la historia, el porqué un chico de 17 años termina flotando en medio del océano, teniendo que abandonar su lugar de nacimiento y enfrentando peligros constantes. La película habla todo el tiempo de los marginados, de los excluidos, de la desigualdad.
- ¿Qué fue lo más difícil de llevar adelante?
- Filmar en el agua. Es un ambiente que no dominás ni controlás, las cosas se mueven nada sucede como se planifica. Se hizo el rodaje en un estudio de agua, que es una pileta gigante construida al lado de la playa, fueron jornadas largas y agotadoras tanto para los actores como para el equipo, ya que la mayoría estábamos dentro del agua mucho tiempo”
Para concluir, Giorgelli comparte su parte más emocional: “Ahora estoy ilusionado y feliz, de que se pueda ver en una sala de cine, la película está hecha para verla así, fue concebida desde lo sensorial, me interesaba que el espectador la pueda vivir adentro, a la deriva junto a los personajes, hay algo que sucede viéndola en una sala de cine que no ocurre en el celular”.
La película se verá mañana y el lunes a las 20 y el martes, a las 18.30. (Producción periodística: Belén López Sales)